América Latina: Flete marítimo mas caro y menos contenedores. Pinzamiento logístico en Argentina.
Adrián Torrebiarte, analista del portal de precios ZAPP, realizó hace tres meses un enfoque de información para los productores de azúcar de Centroamérica. En esa publicación aparecen algunos datos símiles en cuanto a la problemática logística que enfrenta nuestro país para conseguir contenedores y buques que transporten la producción a mercados globales.
Torrebiarte
argumenta con solidez que el aumento del costo de flete en América Latina, se
debe a la caída en la disponibilidad de contenedores y a la modificación de
rutas, compara como ejemplo, el costo de un contenedor desde el puerto
guatemalteco de Quetzal al puerto estadounidense de Long Beach que enero de
2020 costaba USD 500 él y en abril de 2022 alcanzo los USD 4.890, un 257% de
aumento que paulatinamente descendió a los actuales USD 2.200, aún muy lejos de
aquellos USD 500 en prepandemia.
También acá. En 2013 se detectaron maniobras de diseños de tráficos y selección de mercados como trajes a medida para la competitividad de las navieras con integración vertical y eso no es un delito, forma parte de las reglas de juego de la globalización económica, el problema es como el Estado Nacional y la Provincias abordan esta situación y las que van apareciendo, propias de la economía doméstica como los 15 tipos de cambio o la suma de canales rojos en el sistema aduanero que ahogan al sector exportador.
Lo
países sin marina mercante de bandera como el nuestro, sufren aún más la falta
de contenedores. Aquí produce constantes asimetrías logísticas que están
perjudicando las economías regionales. Mar del Plata durante 2021/2022 tuvo que
acudir al buque frigorífico “Libra “para cumplir compromisos de exportación de
pescado a Asia y África; hoy exporta un 20% por camión a puertos brasileños. La
fruta del alto valle de Río negro debió exportar sus peras y manzanas a Rusia,
en el buque frigorífico chipriota “Báltic Jasmine”, actualmente exporta por
camión a puerto de Valparaíso en Chile al menos un 30% de su producción.
Estamos
en año electoral y todos hablan de oportunidades a través de la energía (petróleo
y gas), de los alimentos y el turismo, incrementar producción y desarrollar
industria. No será posible con este sistema logístico, abrigo la esperanza que
sea tema de agenda pública para el 2024.
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